Visiones de líder

¿Qué tuvieron en común personajes históricos y contemporáneos tan diferentes y distantes en el tiempo como Moisés, Alejandro Magno, Julio César, Napoleón, Martin Luther King o Jack Welch?

Todos han pasado a la Historia por diferentes motivos. Así por ejemplo:

  • Moisés lideró el Éxodo de los judíos que salieron de Egipto en busca de la Tierra Prometida. Vagaron 40 años por el desierto. Su figura es venerada tanto por la religión judía como por cristianos y musulmanes. Visionó un lugar mejor para su pueblo.
  • Alejandro Magno, cuyo nombre en griego significa “protector de los hombres”, fue rey de Macedonia y uno de los estrategas militares más importantes de la Historia, lo cual corroboró con la derrota del Imperio Persa. Quería conquistar el mundo y conocer dónde terminaba.
  • Julio César, además de escritor y orador, fue un líder militar y político romano que extendió la República hasta el Océano Atlántico y dictó normas y leyes para realizar numerosas reformas administrativas y económicas en Roma. Tuvo un sueño que le predecía el dominio del mundo.
  • Napoleón Bonaparte fue uno de los mayores genios militares, en el que se unían talento, carisma y capacidad de trabajo. Alcanzó el control de casi toda Europa occidental y central como fruto de sus conquistas y alianzas. Sentía un irrefrenable impulso hacia la expansión y la dominación.
  • Martin Luther King, Premio Nobel de la Paz en 1964 por liderar la resistencia no violenta para poner fin a los prejuicios raciales en los Estados Unidos. “Yo tengo un sueño” fue su discurso más célebre, con el que plasmó sus deseos de igualdad entre la raza blanca y la raza negra.
  • Jack Welch, ejecutivo estadounidense, asumió la dirección de General Electric en 1981 y la convirtió a en una de las empresas más grandes del mundo con sus métodos innovadores basados en la eficiencia y competitividad. Infundió la confianza necesaria en sus trabajadores para que se responsabilizaran de la importancia de su papel en la compañía.

Son tan sólo algunos ejemplos que ilustran la existencia de personas con una serie de cualidades que les hacen ver más allá de lo que el resto del mundo puede imaginar.

Son los líderes, personas cuyas habilidades, carisma, conocimientos y experiencia les capacitan para dirigir a los demás.

Claves para dirigir una empresa

Si trasladamos esta idea al mundo empresarial, nos encontramos que las empresas también están impulsadas y dirigidas por profesionales que un día tuvieron una visión y que trabajan por llevarla a cabo.

La vista es uno de los sentidos del ser humano, pero hay muchas formas de utilizarla. El propio Diccionario de la Real Academia Española proporciona varias acepciones del verbo “ver”:

  • Percibir por los ojos los objetos mediante la acción de la luz.
  • Percibir algo con cualquier sentido o con la inteligencia.
  • Observar, considerar algo.
  • Reconocer con cuidado y atención algo, leyéndolo o examinándolo.
  • Visitar a alguien o estar con él para tratar de algún asunto.
  • Atender o ir con cuidado y tiento en lo que se ejecuta.
  • Experimentar o reconocer por el hecho.
  • Considerar, advertir o reflexionar.
  • Prevenir las cosas del futuro; anteverlas o inferirlas de lo que sucede en el presente

En mi opinión, la visión es la principal característica que diferencia a un líder de cualquier otro ser humano, siempre y cuando abarque todo su radio de acción.

Existen 8 tipos de visión que son clave para dirigir una empresa y que el líder debe entrenar y potenciar:

  • Visión de larga distancia
  • Visión frontal
  • Visión interior
  • Visión lateral
  • Visión retrospectiva
  • Visión periférica
  • Visión artificial
  • Visión nocturna

Analicemos detalladamente cada uno de los diferentes tipos de visión:

  1. Visión de larga distancia

    El espíritu emprendedor del líder se manifiesta cuando comienza a visualizar su proyecto, aquello que quiere conseguir, el lugar al que quiere llegar, aunque a veces, puede parecer imposible de alcanzar.

    Ver más allá, donde otros no ven, le permite afrontar el presente y el futuro con amplitud de miras, definir objetivos y desarrollar la estrategia para hacerlos realidad, estar atento a oportunidades, anticiparse y adaptarse a cualquier cambio que se produzca y, sobre todo, innovar permanentemente.

  2. Visión frontal

    Dirigirse con paso firme hacia el futuro exige dedicarse al presente con energía y decisión.

    La estrategia para alcanzar objetivos a medio y largo plazo requiere ejecutar acciones en el presente, solucionar el día a día, gestionar el tiempo convenientemente, priorizar lo esencial, renovar conocimientos y actualizar información permanentemente.

    La acción refuerza y da mayor nitidez a la visión.

  3. Visión interior

    Al referirnos al liderazgo subyace siempre la misma cuestión: ¿El líder nace o se hace? El buen líder se forja a partir de unas cualidades innatas, que deben ser reforzadas con el aprendizaje continuado de nuevas destrezas.

    El primer paso para cuidar el Yo y hacerlo crecer es realizar una mirada introspectiva para conocerse a fondo, para saber qué está dispuesto a hacer y para cultivar aquellas cualidades imprescindibles para iniciar la búsqueda de lo que se desea.

    En la “maleta” del líder siempre deben viajar valores humanos y habilidades como responsabilidad, integridad, autoridad, madurez, criterio, templanza, capacidad de tomar decisiones, firmeza, espíritu de sacrificio, ética profesional, justicia, actitud de servicio, ecuanimidad, generosidad, creatividad y autoestima.

    Por lo general, el líder se mueve motivado, es decir, siempre tiene una razón que le impulsa a actuar, bien sea su deseo de dejar huella en la Historia, hacer algo grande, obtener reconocimiento social, mejorar la calidad de vida de las personas que le rodean, defender a alguien de una injusticia, incrementar su poder, recuperar algo que cree que le pertenece, ser pionero en algo, llegar dónde nadie ha llegado nunca, etc…

  4. Visión lateral

    Cuando el líder sabe hacia dónde se dirige, cómo es el camino y los recursos y destrezas con los que cuenta, debe comenzar a mirar hacia ambos lados para conocer quiénes son sus competidores que quieren alcanzar los mismos objetivos y con quién puede establecer alianzas para mejorar su posición.

    En este sentido, la estrategia de “dejar siempre una puerta abierta” suele dar siempre resultados positivos. El competidor actual puede ser el aliado del mañana, un antiguo empleado puede ser un cliente o un nuevo entrante en el mercado puede ser un referente en el futuro, por ejemplo.

    Escuchar, comprender, intentar, compartir, unir son verbos que adquieren un protagonismo especial porque edifican la figura del líder en sus relaciones en paralelo, es decir, en su relación con otros líderes.

  5. Visión retrospectiva

    Cuando se avanza, en ocasiones, se tiende a descuidar la retaguardia. El líder no puede permitirse ninguna distracción; debe tener siempre todo bajo control.

    Conviene que desarrolle un sistema de trabajo o una metodología propia que le permita conocer todo lo que va ocurriendo a su paso.

    Además, tiene que identificar una serie de indicadores clave que debe controlar cada día para conocer y analizar la evolución de su empresa, los movimientos de sus competidores, las tendencias del mercado y los cambios del entorno.

    Con la información en su poder, debe ser capaz de descifrar las causas de los acontecimientos, como si se tratara de un médico forense, y prever las consecuencias de los mismos.

    Así mismo, como nadie es perfecto y el líder también se equivoca, debe tener una gran capacidad para reconocer sus propios errores cuando se producen, aprender de los mismos y saber rectificar a tiempo.

    Las lecciones aprendidas con las experiencias pasadas forman parte del bagaje del buen líder.

  6. Visión periférica

    El líder no está solo. La esencia del liderazgo es tener seguidores, en mayor o menor número. Se puede liderar un equipo, una empresa, una ciudad, un país, una religión o una raza.

    Una mirada de 360º permitirá al líder conocer a sus seguidores: quienes son, qué características tienen, cuáles son sus sentimientos, sus inquietudes, sus expectativas, sus ilusiones y los motivos que les llevan a compartir su propia visión. En este sentido, la empatía es una habilidad propia de un buen líder que quiere interpretar correctamente dicha información.

    La comunicación es también una herramienta básica del líder, ya que debe ser capaz de transmitir su visión y lograr que sus seguidores y sus colaboradores la hagan suya. Juntos, deben compartir una única visión y alinearse en la misma dirección para alcanzar sus objetivos. Debe contagiar su entusiasmo e infundir ánimos a los demás. Eso se consigue siendo siempre portador de buenas noticias, comunicando en positivo y con mensajes de aliento.

    Posteriormente, debe crear vínculos y hábitos que fomenten que todo funcione como una organización: celebrar reuniones, fomentar un ambiente de trabajo positivo, coordinar equipos de trabajo, gestionar conflictos satisfactoriamente, crear lemas que motiven y den enfoque al trabajo diario…

    En ocasiones, el líder es como un entrenador deportivo que tiene que gestionar sus recursos de la mejor manera posible. Para ello, tiene que conocer en cada momento, el estado físico y anímico de su gente, organizar los equipos de trabajo de la forma más eficiente posible, orientar al conjunto hacia la consecución del logro, escuchar, comunicar, entrenar habilidades, seducir, convencer, motivar, hacer hacer, extraer lo mejor de cada miembro del equipo, exigir al máximo (hasta alcanzar el nivel óptimo de stress de cada persona), ayudar siempre que sea necesario, dar la cara en los momentos más complicados y compartir los éxitos.

    Por tal motivo, está obligado a ser un maestro en las relaciones interpersonales. El marco de cualquier relación que construya deberá basarse siempre en el respeto y la confianza. Esa actitud le ayudará a conseguir la lealtad de sus colaboradores.

    Para consolidar su liderazgo, debe distinguir y fidelizar a los colaboradores más involucrados y comprometidos. Debe formar a su equipo permanentemente e incluso ir preparando nuevos líderes. Muchas empresas desarrollan completos planes de carrera para sus empleados más válidos. Lo que nunca hay que hacer es crear falsas expectativas en la gente.

    Especial atención merece el carisma, esa capacidad que suelen tener los líderes para atraer o fascinar, que puede perderse si no se cuida. Y si pierden los seguidores, se pierde el liderazgo.

    Finalmente, la visión periférica debe afianzarse con el compromiso, que debe ser recíproco. Un líder nunca ha de olvidar que para merecer el compromiso de sus seguidores debe liderar con el ejemplo.

  7. Visión artificial

    En la era digital, el líder dispone de mayores medios para obtener y procesar información, comunicar sus ideas, planificar y administrar sus recursos, agilizar la toma de decisiones, crear vínculos e incluso para construir comunidades, tanto reales como virtuales.

    Cada vez son más las herramientas tecnológicas y los sistemas de gestión al servicio de los líderes. Algunos ejemplos son: CRM, Balanced Scorecard, Business Intelligence, ERP (Enterprise Resource Planning), SAP, Controlling, OLAP (procesamiento analítico en línea), Reporting, Data mining, etc…

    Conviene conocerlos… y utilizar los más convenientes en cada caso.

  8. Visión nocturna

    Existen situaciones en las que no existe información suficiente ni el tiempo necesario para tomar decisiones en las mejores condiciones, como en la gestión de conflictos, en estados de crisis, introducción de determinadas medidas estratégicas innovadoras, exploración de nuevos rumbos empresariales desconocidos, etc…

    Al igual que en el terreno militar existen aparatos que proporcionan una visión artificial en la oscuridad (miras telescópicas, gafas, cámaras, radar y sónar) y existen animales que se orientan por sistemas naturales como la ecolocalización o el biosónar (delfines, ballenas y murciélagos), el líder tiene unas habilidades especiales o un sexto sentido que le permiten orientarse en situaciones complicadas o de escasa visibilidad.

    Para gestionar estas situaciones en las que la visibilidad es insuficiente, unos líderes se dejan guiar por experiencia, otros por su intuición, otros por sus creencias espirituales, e incluso, históricamente algunos estaban influidos por los oráculos y las prácticas de adivinación.

    El sentido de la visión nocturna permite al líder o al directivo a establecer un sistema de vigilancia permanente, en el que intuitivamente se activan determinadas alertas ante determinadas situaciones que considera como amenazas. Pero este dispositivo subconsciente está también preparado para avisar de oportunidades que permiten al líder más audaz y emprendedor anticiparse y beneficiarse de las mismas.

Al igual que existen enfermedades relacionadas con la vista, el líder también puede tener algún defecto en alguna de las visiones descritas. También en este caso podríamos hablar de miopía, en los casos más leves, o de ceguera, en los más graves.

Por fortuna, en muchos casos a través de técnicas de coaching se puede encontrar un tratamiento adecuado

La magia del líder

Todos los factores descritos conforman una serie de habilidades y técnicas que confieren al líder una magia especial que acrecienta su carisma y lo convierte en referencia para sus seguidores.

La diferencia entre los visionarios y los líderes es que los primeros dicen predecir hechos del futuro y, los segundos tienen una visión mental que les sitúa en el futuro.

En el caso de los visionarios, que se cumplan sus pronósticos no depende de sus actos, y sin embargo, la gran misión de los líderes consiste en hacer de su visión una realidad.

3 comentarios

  • German Pren
    15 años ago

    Hola buenas noches

    Con respecto a las expectativas que tienen los subordinados con respecto al líder son muy importantes. El líder debe conocer como es visto por la gente que lo sigue ya que la gente puede tener una idea errónea acerca de la labor que el líder desempeñará y por lo tanto, al no cumplir con las expectativas se deja de creer en él. Asimismo todos los subordinados deben conocer las metas que se quieren cumplir para que todos trabajen en común, es decir, todos miren hacia la misma dirección. Para finalizar, el líder debe tener el compromiso de ser congruente en lo que dice y hace ya que conocemos mucha gente que se dice líder pero hacen cosas diferentes de lo que predican.
    Germán Pren

    “El que piensa que dirige y no tiene a nadie siguiéndolo, solo está dando un paseo”
    Maxwell.

  • matiaS
    13 años ago

    La verdad q muy bueno, a favoritos!

    • ALICIA
      12 años ago

      Me parece muy buenos todas visiones del lider, me ayudó a conocerme y a tomar en cuenta que me estoy encaminado a ser una gran lider.Pero sobre todas las cosas sin olvidarme de DIOS.

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