El rápido desarrollo de formatos de distribución más verticales en casi todos los sectores de actividad económica está poniendo en jaque a muchas organizaciones horizontales que encuentran serias dificultades para competir en un entorno cada vez más dinámico y lleno de incertidumbres.
La capacidad de estas organizaciones verticales para operar en entornos de pérdidas permanentes está perjudicando profundamente el modelo de negocio de las Centrales de Compra, que ven con cierta perplejidad, como muchos fabricantes prefieren entrar en dinámicas comerciales muy agresivas en las que el volumen y el escaso margen de las operaciones de venta provocan importantes pérdidas en las cuentas de explotación de dichos operadores, lo que les sitúa en grave riesgo de verse inmersas en importantes procesos concursales, que acaban en quitas millonarias y en prolongados periodos de pago… o en disolución por insolvencia.
Desde el lado del fabricante, se observa con cierto recelo a las Centrales de Compra, a las que algunos califican de ineficientes y les otorgan escasa visión estratégica. Pero olvidan que dichas organizaciones siempre velan por los intereses de todos sus asociados, lo que les lleva a huir de los entornos de pérdidas, convirtiéndose en un referente de seguridad y estabilidad para sus proveedores.