Esta semana asistí, invitado por la Asociación de Comerciantes de Electrodomésticos, Muebles de cocina y Autónomos, ACEMA, a una conferencia de Emilio Duró, un coach empresarial que se ha convertido en el gran gurú del optimismo y la felicidad.
Según sus propias palabras, todo su éxito se debe que alguien decidió publicar en YouTube la conferencia que impartió en el VI Congreso del Comercio Gallego celebrado en noviembre de 2008. Desde entonces, internet ha popularizado a este excelente profesional que ya gozaba de un reconocido prestigio en el mundo empresarial.
Basta con escucharle durante unos minutos para darse cuenta que no estamos ante un conferenciante cualquiera. Tiene tema, sabe escenificarlo y sus palabras resuenan con fuerza en la conciencia de los participantes. Es auténtica dinamita para la razón y un azote para las personas tristes y depresivas.
Este estudioso de la felicidad, como él mismo se define, es capaz de atenazar a su auditorio durante casi dos horas, con una conferencia que lleva por título “Coeficiente de optimismo en tiempos de cambio”, pero que también podría titularse “Engánchate a la vida” o “Pasión hasta el último suspiro”.
Veo poca televisión. Prefiero leer y escribir. Pero, cuando estoy sentado ante el televisor, los momentos que considero más interesantes se producen en el transcurso de los cortes publicitarios.
Es, en ese momento, cuando mi cerebro despierta de la relajación a la que me suelen llevar el tipo de programación que normalmente visiono y comienza a analizar cada una de las piezas publicitarias que se emiten.
Mi actividad cerebral se estimula con preguntas como:
- ¿Quién es el sujeto promotor del anuncio?
- ¿A quién se dirige el mensaje?
- ¿Qué objetivo tiene?
- ¿Qué imagen quiere proyectar?
- ¿Qué códigos utiliza?
- ¿Cuáles son los inputs conscientes del anuncio y cuáles son los subconscientes?
- ¿Qué efectos producirá en su target?
- ¿Conseguirá sus objetivos?¿Por qué?
- ¿Qué otros elementos conozco de esa campaña?
- ¿En qué medios de comunicación y soportes publicitarios he visto más piezas?
- ¿Por qué se está utilizando esa estrategia de comunicación?
- ¿Cuáles son las fortalezas y las debilidades de la campaña?
- ¿Cuál es la ventaja diferencial que se publicita?
- Además de otros detalles técnicos, como qué efectos utiliza, que agencia o productora han desarrollado la idea, la adecuación de la música al conjunto, etc…
¡¡¡Es apasionante!!!
Mis dos hijos mayores, incluso, lo han convertido en un juego en el que utilizo preguntas más básicas: ¿quién anuncia?, ¿qué objetivo tiene?, ¿cuál es el mensaje? y ¿cómo lo transmite? Espero no estar haciéndoles ningún daño irreparable. Al menos, creo que consigo que racionalicen algo tan subconsciente como es la publicidad. Además, pensar les puede resultar muy útil en la vida.
Imagino que es una deformación profesional, igual que la que puede tener un carpintero cada vez que ve un mueble o visita una tienda de mobiliario, tratando de averiguar el tipo de material de cada pieza o la técnica utilizada para la fabricación o un mecánico escuchando el ruido del motor cada vez que se sube a un vehículo.