Etiqueta

instituciones

Un hoy vale por dos mañanas. Así definía Benjamin Franklin la importancia de exprimir nuestro presente.

Tendemos a creer que dominamos el tiempo, pero en realidad, vivimos devorados por las circunstancias que nos rodean y por los horarios que nos imponen desde el momento en el que el despertador nos obliga a saltar de la cama hasta que finaliza, a horas intempestivas, el programa de televisión que nos distrae o el partido del equipo que nos hace sufrir.

Entre tanto, prisas para llegar a nuestro lugar de trabajo, tareas que se suceden a toda velocidad, escaso tiempo para llevarnos algo de comida a la boca, llamadas de teléfono que se prolongan más de lo deseado, correos electrónicos que hay que responder antes de que se pierdan para siempre en el buzón del olvido, atascos para volver a casa antes de que nuestros hijos se vayan a dormir y una cena rápida mientras nos enganchamos a la pantalla que acabará de matar nuestro día,… otro día más. Y otro día menos.

Dominar el tiempo es dominar nuestra vida. Debemos marcarnos sencillas rutinas que nos permitan hacer ejercicio físico a diario, desarrollarnos intelectualmente a través de la lectura o la realización de cursos o actividades que mejoren nuestras habilidades, disfrutar de nuestra familia o relacionarnos con nuestros seres queridos, amigos y la sociedad que nos rodea.

Es el primer paso para comenzar a ejercer un verdadero control sobre el tiempo que recibimos gratis cada día… 24 horas. Una parte es para descansar y reponer energías, otra para trabajar, en el caso de las personas en activo, y el resto es para vivir con intensidad.

Organízate para que otros no se aprovechen de tu tiempo.

Las instituciones y asociaciones empresariales, como por ejemplo, Cámaras de Comercio, Cámaras agrarias, Confederaciones empresariales o Federaciones sectoriales y multisectoriales de empresarios, constituyen un modelo de asociacionismo que actúa en defensa de los intereses comunes de los asociados a quienes representan.
Cada institución se organiza en torno a unos objetivos y prioridades determinados. Además de prestar un conjunto de servicios a sus asociados, les protegen del intrusismo y de la competencia desleal y actúan como lobbies ante la Administración.

A pesar de que existen instituciones con una larga trayectoria que han conseguido cohesionar a sus asociados, este modelo de asociacionismo se está debilitando por diferentes motivos. Los más habituales son el individualismo y atomización de los intereses de sus asociados, el excesivo número de instituciones existentes, la falta de definición de objetivos, la ineficacia de sus mecanismos internos de gestión, no disponer de recursos suficientes, carecer de información actualizada de la evolución de su sector por no destinar los recursos necesarios a la investigación, tener sistemas de financiación que dependen de aportaciones externas (fundamentalmente de subvenciones de la Administración), la concentración de poder en determinadas personas que limitan la renovación interna, la politización de algunos dirigentes, el acomodamiento, la falta de profesionalización y el bajo nivel formativo de algunos gestores, priorizar intereses particulares sobre los intereses colectivos, la excesiva burocracia interna y la escasa transparencia de la gestión.

Nos hemos habituado a leer noticas relacionadas con el elevado nivel de desempleo, la congelación salarial de los funcionarios, el incremento de las retenciones en las nóminas de los trabajadores, la inminente reforma que endurecerá las condiciones del mercado laboral, la subida de casi todos los impuestos que pagamos, el encarecimiento de la energía… ¡Vivir es cada día más caro!

¿Cómo no va a hacer crash el consumo? ¿De dónde se creen que sale el dinero de las familias?