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relaciones interpersonales

A diario coincidimos con muchas personas. Con algunas de ellas entramos en contacto, bien a través de un saludo en el ascensor, al realizar una compra en un establecimiento, en el transcurso de una reunión de trabajo, paseando a nuestro perro, al compartir una clase, en el gimnasio o esperando en una fila para adquirir las entradas de un concierto. Pero sólo con una mínima parte establecemos una relación que nos permita obtener un conocimiento suficiente que propicie el desarrollo de vínculos interpersonales más profundos.

En ese ciclo multicapa en el que progresan nuestras relaciones sociales vamos descubriendo a nuevos seres humanos. Algunos son realmente extraordinarios. Aparecen y discurren por nuestra vida en un momento determinado. Y al entrar en contacto con nuestra realidad incluso llegan a cautivarnos con alguna de las cualidades que atesoran. En ese momento es cuando surge la oportunidad de aprehender ese valor y transformarnos en alguien mejor.

La clave está en identificar la virtud en los demás y atrapar con fuerza cada instante en el que transcurre nuestra relación con ellos, convirtiéndolo así en algo especial.

Enfoque positivo

Suelo utilizar un truco que me proporciona grandes resultados en este campo. Busco en las personas con las que interactúo diariamente, al menos una cualidad o virtud que me sirva de referencia para aplicarla en mi propia vida. A este ejercicio le denomino enfoque positivo.