Etiqueta

aprehender

Los caprichos del destino han hecho que mi hija y mi madre estén cursando la ESO simultáneamente. Ambas están ya en el tercer curso. Durante los dos años anteriores han ido superando las diferentes materias con mucho trabajo y esfuerzo. A menudo, abuela y nieta se llaman para aclarar dudas y comentar algunos de los contenidos de las diferentes asignaturas.

La coincidencia es muy simpática y, a su vez, es una maravillosa experiencia para el resto de la familia que nos permite aprender los valores que cada una de ellas proyecta con su actitud frente al aprendizaje, como la humildad, el espíritu de superación, el esfuerzo, la constancia o la responsabilidad.

Mi hija está en el curso que le corresponde por su edad. Sin embargo, mi madre, como muchas personas de su edad, no pudo estudiar cuando era niña. Pero eso no le ha impedido afrontar este reto en una etapa de su vida en la que se ha liberado de las obligaciones que no le permitieron hacerlo antes.

Siento admiración por ambas. Mientras una trabaja para construir su futuro, la otra se esfuerza para reconstruir su pasado, mientras la más joven quiere descubrir nuevas cosas en su vida; la adulta quiere comprender las cosas que ha descubierto a lo largo de su existencia; la nieta va perdiendo su inocencia, mientras la abuela la va recuperando. Mi hija sueña con qué será cuando complete sus estudios, mi madre habrá completado el sueño de tener estudios. Y lo más importante es que ambas son felices con los retos que se han planteado.

A diario coincidimos con muchas personas. Con algunas de ellas entramos en contacto, bien a través de un saludo en el ascensor, al realizar una compra en un establecimiento, en el transcurso de una reunión de trabajo, paseando a nuestro perro, al compartir una clase, en el gimnasio o esperando en una fila para adquirir las entradas de un concierto. Pero sólo con una mínima parte establecemos una relación que nos permita obtener un conocimiento suficiente que propicie el desarrollo de vínculos interpersonales más profundos.

En ese ciclo multicapa en el que progresan nuestras relaciones sociales vamos descubriendo a nuevos seres humanos. Algunos son realmente extraordinarios. Aparecen y discurren por nuestra vida en un momento determinado. Y al entrar en contacto con nuestra realidad incluso llegan a cautivarnos con alguna de las cualidades que atesoran. En ese momento es cuando surge la oportunidad de aprehender ese valor y transformarnos en alguien mejor.

La clave está en identificar la virtud en los demás y atrapar con fuerza cada instante en el que transcurre nuestra relación con ellos, convirtiéndolo así en algo especial.

Enfoque positivo

Suelo utilizar un truco que me proporciona grandes resultados en este campo. Busco en las personas con las que interactúo diariamente, al menos una cualidad o virtud que me sirva de referencia para aplicarla en mi propia vida. A este ejercicio le denomino enfoque positivo.