Los caprichos del destino han hecho que mi hija y mi madre estén cursando la ESO simultáneamente. Ambas están ya en el tercer curso. Durante los dos años anteriores han ido superando las diferentes materias con mucho trabajo y esfuerzo. A menudo, abuela y nieta se llaman para aclarar dudas y comentar algunos de los contenidos de las diferentes asignaturas.
La coincidencia es muy simpática y, a su vez, es una maravillosa experiencia para el resto de la familia que nos permite aprender los valores que cada una de ellas proyecta con su actitud frente al aprendizaje, como la humildad, el espíritu de superación, el esfuerzo, la constancia o la responsabilidad.
Mi hija está en el curso que le corresponde por su edad. Sin embargo, mi madre, como muchas personas de su edad, no pudo estudiar cuando era niña. Pero eso no le ha impedido afrontar este reto en una etapa de su vida en la que se ha liberado de las obligaciones que no le permitieron hacerlo antes.
Siento admiración por ambas. Mientras una trabaja para construir su futuro, la otra se esfuerza para reconstruir su pasado, mientras la más joven quiere descubrir nuevas cosas en su vida; la adulta quiere comprender las cosas que ha descubierto a lo largo de su existencia; la nieta va perdiendo su inocencia, mientras la abuela la va recuperando. Mi hija sueña con qué será cuando complete sus estudios, mi madre habrá completado el sueño de tener estudios. Y lo más importante es que ambas son felices con los retos que se han planteado.
Es la pequeña historia de dos personas que son muy especiales en mi vida. Pero a nuestro alrededor hay muchos testimonios que podemos convertir en apasionantes lecciones. Hay quienes tienen su pequeña historia que les hace sentirse orgullosos de ser quienes son, algunos se esfuerzan por ser quién quieren ser y otros, sólo por ser como son, enriquecen la vida de los demás.
La magia de la curiosidad y el deseo de aprender ayudan a descubrir en otras personas valores y actitudes que despiertan nuestra admiración y nos invitan a ser mejor persona y a tener una mejor relación con quienes nos rodean.
Sus lecciones de vida nos ayudan a comprender mejor nuestra existencia y a ser más felices. Las enseñanzas que nos brindan estas personas se convierten en una fuente permanente de mejora personal, en un aliciente para seguir construyendo nuestra personalidad, nos ayudan a aprender de nuestros errores, a superar las decepciones, a corregir nuestros defectos, a compartir, a ser más exigentes con nosotros mismos y, a la vez, más comprensivos con los demás, a elevar nuestra autoestima o a despertar nuestro interés por emprender nuevos proyectos.
Están por todas partes, en tu familia, en tu círculo de amistades, en tu trabajo, paseando por la calle, atendiéndote en cualquier establecimiento, en el autobús, en hospitales… Sólo tenemos que estar atentos y receptivos para “escuchar” su valiosa lección.
A todas esas personas quiero dedicar este poema de Mario Benedetti, La gente que me gusta:
Primero que todo me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.
Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.
Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.
Me gusta la gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente; a éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente que trabaja por resultados.
Con gente como esa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.
¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!!
Gracias por compartir una historia tan sentida! Un muy buen ejemplo a seguir el de ambas que en el fondo están haciendo lo que les nace en su corazón.
Un fuerte aplauso a tu madre que es todo un ejemplo de fuerza y valentía. Ojala extienda el ejemplo…
Muchos besos a todos y Felices Navidades!!!!!!
Que gratificante es poder compartir la vida con una persona tan maravillosa!! Gracias por ser como eres y dejarnos conocerte a todos un poquito mas a través de tus palabras. Nunca dejes de escribir y sobretodo nunca dejes de escribir desde corazón.
que satisfecha estoy de tenerte dentro de mi familia, y que gracias a tener un gran madre, mi nieta tenga un gran padre.Besos
Una preciosa historia. Feliz navidad.
Muy bien Javier, unas palabras muy bonitas hacia tu madre e hija, ten por seguro que tu madre es una buena persona, y muy tenaz, y me alegro de tenerla como amiga, » FELIZ NAVIDAD».Que tengais unas fiestas bonitas todos juntos.
Genial, el esfuerzo es la mejor arma para conseguir lo que realmente se quiere y verdaderamente tu madre hace que en cada clase reine la alegría y la ilusión por aprender en compañia.
Lo de Mar es un deber; pero lo de tu MADRE, un quehacer. Me alegro por ello. Una opción fastástica.
Besos, Felices Fiestas
Una historia cautivadora e increíble. El poema es inspirador igual que tus palabras. En serio. Que tengas una buena entrada al 2012 y muchos ánimos para tu hija y tu madre. Suerte en el concurso del 20 blogs, yo también me presento.
Yo soy la profesora de Maricarmen de matemáticas y ciencias naturales. Felicidades por la gran persona que es tu madre.