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cerveza

Sustituir al vino como acompañante de los mejores platos es una misión casi imposible para cualquier bebida. El agua es la mejor alternativa entre los no amantes de los caldos procedentes de la uva.

En ese entorno “hostil” ha nacido una cerveza que anuncia con descaro que es la primera de su categoría que es capaz de competir con tintos, blancos y rosados en las mesas de los mejores restaurantes.

Esta revolución en el mundo de la gastronomía viene de la mano de Ferrán Adriá, el que año tras año revalida su reconocimiento como mejor cocinero del mundo.

Adriá, junto a su socio Juli Soler y al equipo de sommeliers de su propio restaurante, El Bulli, Ferrán Centelles y David Seijas, han aportado todo su “savoir faire” a los maestros cerveceros de Damm para crear un producto “inédito”, y convertirlo en la primera cerveza que “oficialmente” puede maridar con la mejor gastronomía.

Estrella Damm Inedit es un coupage único, que mezcla malta de cebada y trigo, y que se aromatiza con regaliz, cilantro y piel de naranja, además de los ingredientes básicos, agua y levadura. Tras el llenado y taponado, se produce una segunda fermentación en botella, que incrementa sus cualidades organolépticas (sabor, color, textura, aroma…).

Un envase híbrido para conectar con un público distinto

La presentación en botella rompe con la estética cervecera, ya que el envase, en su forma, se asemeja a una pequeña botella de champagne, aunque mantiene el tradicional color ámbar de las botellas de cerveza (que además protege al contenido de los efectos negativos de la luz).

La cervecera holandesa Heineken parece haber cambiado su conocido slogan “Piensa en verde” por “Grita en verde”.

Ese es el efecto de su última y exitosa campaña de publicidad “Walk in Fridge”, en la que hace un paralelismo entre los sofisticados gustos femeninos y las preferencias más básicas de los hombres.

El anuncio, creado por la agencia de publicidad holandesa TBWA/Neboko, es una parodia de la película “Sexo en Nueva York”, cuyo argumento, además de explorar el complicado mundo de las relaciones interpersonales, resalta la obsesión que tienen muchas mujeres modernas por la moda.

La historia de este spot publicitario se sitúa en la fiesta que organiza una pareja para presentar su nuevo hogar a sus amistades. Tras recorrer las principales estancias del nuevo domicilio junto a tres amigas, llegan al dormitorio principal, donde la anfitriona abre una gran puerta y les muestra un enorme vestidor que colma las aspiraciones de cualquier mujer.

La histérica reacción de las cuatro jóvenes es silenciada, segundos más tarde, por un estruendoso alboroto que proviene de la habitación contigua, en la que el propietario de la casa disfruta junto a sus amigos de un peculiar “vestidor-bodega”, refrigerado y atestado de cerveza Heineken. El tópico sueño de cualquier hombre.

La campaña se construye sobre un paralelismo entre un estereotipo machista, en el que las mujeres se vuelven locas con todo lo relacionado con el mundo de la moda, y un estereotipo feminista, que proyecta una imagen de los hombres apasionados por la cerveza, la televisión y el futbol.

El anuncio es una exaltación de las actitudes primarias, pero funciona. Aunque a todo el mundo no gusta la utilización de los estereotipos en la publicidad, los creativos de TBWA/Neboko han conseguido crear una película que despierta una corriente de simpatía tanto en hombres como en mujeres, arrancando muchas sonrisas, algunas carcajadas, y algún que otro grito de envidia al ver el impresionante “vestidor-bodega” de Heineken.