Edvin Marton, el virtuoso y su Stradivarius

En un reciente viaje a Budapest, tuve la oportunidad de asistir a un concierto privado del violinista húngaro Edvin Marton, un artista, de reconocida fama mundial, que tiene dos grandes características que le diferencian del resto. La primera es su extraordinario talento para mezclar la música clásica con ritmos y sonidos actuales. La segunda es que interpreta sus temas con un violín fabricado por el propio Antonio Stradivari en 1698 que perteneció a Niccolò Paganini .

Su discografía consta de 4 álbum: Sarasate (1996), Strings ‘N’ Beats (2001), Virtuoso (2004) y Stradivarius (2006). Precisamente, en su último trabajo interpreta junto a la Monte Carlo Orchesta versiones de varios temas de grandes compositores como Tosca Fantasy (Puccini), Vivaldi Spring (A. Vivaldi), Tchaikovsky Remix, Hungarian Rhapsody No. 6 (F. Liszt) o Paganini 5 (N. Paganini).

Edvin Marton saltó a la fama con su canción “Art on Ice”, interpretada en una pista de hielo ante la atenta mirada de millones de telespectadores, para acompañar las piruetas y movimientos artísticos del campeón mundial de patinaje, el ruso Evgeni Plushenko. Fue en el transcurso de los Juegos Olímpicos de invierno celebrados en la ciudad italiana de Turín en 2006. Posteriormente, este tema le hizo merecedor del premio Emmy a la mejor composición del año.

La relación entre ambos artistas derivó en una sólida amistad que les llevó a crear un espectáculo que, bajo el nombre “Kings on Ice”, viaja por las principales ciudades del mundo. El 29 de Diciembre actuará en Madrid.

Su música y su entrega en cada canción no dejan indiferente a nadie, ya que un cúmulo de sensaciones acompaña cada uno de los movimientos de su arco al frotar las cuerdas de su violín, los más violentos expresan una fuerza denodada, y los más acompasados transmiten una delicadeza sublime.

Tras verlo actuar, se puede pensar que su viejo Stradivarius es como una extensión de su cuerpo, que suena al ritmo que marcan su mente, sus brazos, sus caderas, sus hombros, sus rodillas y sus pies.

Es extraordinario ver en acción a un artista con cierta imagen de cantante de pop haciendo brotar sonidos que nos trasladan a épocas anteriores en las que vivieron grandes compositores como Pucini, Vivaldi, Liszt, Tchaikovsky o el propio Paganini, y que, a su vez, es capaz de transportar a esos grandes maestros de la música a nuestros tiempos.

Todo esto sólo está al alcance de Edvin Marton, un virtuoso que tiene una máquina del tiempo perfecta, su Stradivarius.

7 comentarios

  • rebeca
    16 años ago

    Hola Javier, me parece muy interesante todo lo que has dicho, pero me gustaria añadir unos puntos que creo que son imprescindibles, para saver vivir la vida, o disfrutar de la vida de una manera mas saludable.
    Creo que en todo el recorrido de nuestra vida, no hay un solo dia que no aprendamos nada, que el sufrimiento es un estado muy importante para despertar y observar. En definitiva que si no hubiera sufrimiento no aprenderiamos nada. Pero en realidad lo que tenemos que aprender o luchar para poder llegar a entender, es que. El odio, la rabia, la obsesion,la colera etc… son nocivos. Cuando se abrigan sentimientos de odio o de animadversion hacia alguien, cuando la persona se siente llena de odio o de emociones negativas todo nos parece hostil. Por otro lado si somos capaces de ser bondadosos, compasivos, se desea ser amable,calidos etc… hay algo que se abre automaticamente en tu corazon.y eso hace poder comunicarte mas facilmente con otras personas. y con ello a relacionarte.Genera amistad.
    en resumen creo que si trabajarmos en cultivar mas la amabilidad y la compasion sin duda estariamos mas cerca de saver vivir la vida. Incluso de poder llegar a un estado mas cerca de la felicidad.
    Te deseo que tengas un año de mucho cariño, aompañado de mucha ilusion,
    y mucha felicidad.

  • Ana Cipres
    16 años ago

    Yo creo en la vida vivida con intensidad, con ganas, con ilusión, es más, no entiendo la vida de otra manera.
    Pero como tantas veces hemos comentado, vivir así implica riesgos ,y muchas veces dolor…pero jamas hay que dejar de remar porque…….SIN RIESGO NO HAY GLORIA!!!

    Te echo de menos.

    Ana

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